¿Te gustaría ser como el ave fénix que resurge de sus cenizas? Una de las capacidades que deberíamos de potenciar a lo largo de nuestra vida es la resiliencia, la capacidad de sobreponernos al dolor y adaptarnos al día a día, a la vida, con la misma fuerza o incluso más.
En el artículo de hoy hablaremos sobre:
- ¿Qué es la resiliencia?
- ¿Cómo fomentar la resiliencia?
¿Qué es la resiliencia?
“La capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas, y ser transformado positivamente por ellas” (Grotberg, 1995)
Cuando pienso en resiliencia la primera idea que me surge es la de sobrevivir a las adversidades, no es salir airoso de ellas, es sufrir y crecerse ante esa situación de una forma positiva, vitalista.
Personas que han pasado por dolores emocionales intensos, traumas infantiles o traumas en su vida adulta han logrado encontrar la resiliencia en sí mismos para poder continuar hacia adelante de una forma positiva, optimista, fortaleciéndose.
La resiliencia es algo que deberían de potenciar desde la infancia, cómo enseñar y apoyar a los más pequeños a afrontar las diferentes adversidades, cómo ampliar sus miras para que puedan encontrar soluciones ante los problemas que puedan surgirles, por pequeños que a nosotros nos parezcan para que pongan en juego sus capacidades.
Es por esto que la resiliencia no se centra tanto en los factores de riesgo como en la prevención. La resiliencia ayuda a cualquier persona a desarrollase emocionalmente y ésta se ve reflejada en todos los ámbitos de la vida de una persona.
¿Cómo fomentar la resiliencia?
Una de las formas más interesantes de potenciar la resiliencia y mejorar la calidad de vida de cualquier persona es aprender a reírse de uno mismo. Aprender a reírse de las adversidades y verlas como un reto, uno siempre puede caer pero tiene que encontrar la fuerza interna para levantarse, es más, estás obligado a levantarte.
No dejes que un tropiezo suponga una derrota, sólo es una batalla, la guerra está por jugarse y determinar quién es el ganador. Basándonos en esta metáfora podríamos traducirla a que la guerra es toda una vida en la que las pequeñas batallas, el día a día, pueden traernos alegrías o tristezas que debemos de superar y, podemos hacerlo.
Podemos hacerlos sin que esto suponga mayor dolor del que la vida puede darnos por sí sola. Potencia tu propio optimismo, plantéate la vida como un reto, aprende de cada día y disfruta de cada paso que des hacia adelante.
Nadie mejor que tú sabe cuánto vales, tienes un mundo que alcanzar y puedes lograrlo, sólo tienes que tener paciencia y determinación.
Aunque en un principio pueda costar adaptarse a los cambios es algo que tenemos que aprender a aceptar. Aprende a ver los cambios como oportunidades de algo mejor, siempre puedes descubrir algo nuevo.
Para terminar quería dejaros esta frase de Aldous Huxley: “La experiencia no es lo que te sucede, sino lo que haces con lo que te sucede”
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